jueves, octubre 30, 2003

PD
Vagando, vagando, me encuentro con un par de blogs (¿par?) abiertamente misóginos. Me dan asco. Más porque conozco in the flesh a sus autores, y con las viditas que llevan, como que no les va hacerse los perdonavidas, los galanes irresistibles, los iconoclastas. Se conocen entre sí. Diría mi abuela: Dios los hace...
La verdad es que no me gusta la misoginia, ni siquiera como broma. Me da la impresión de que es gente muy limitadita, con muchas broncas de rechazo e inferioridad. Pero eso que se los aguante su terapeuta.
Pero lo peor son las mujeres misóginas. Las mujeres machistas. Esas sí me causan no sé qué. Entre tristeza y lástima, pero también enojo. Sobre todo porque un par de frases hechas ('pinches viejas, se dejan porque les gusta' o 'pero sigo siendo el rey' o babosadas así) ni de broma explican la desigualdad que hemos vivido, el terror que viven las mujeres golpeadas y maltratadas, los motivos que las llevan a aguantar.
No se pierdan, pronto, el especial sobre violencia que tendremos en Diálogos en Confianza (y que conste que ese guión no lo hice yo, así que no es autopromoción). Pero luego de que vean esos testimonios, a ver si los Pedronavajas del mundo pueden seguir con su simplificación de los hechos en un 'yo soy neta, ellas son mierda'. (Supongo que seguirán, y que tendrán mil frases precocidas para justificarlo. Y ni para detestarlos, porque -bien pensado- ellos, pobrecitos, también son víctimas de esta violencia. Si no, no estarían tan dañados...).

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