Estábamos Alberto y yo con un escritor famoso, desenvuelto, simpático. No recuerdo quién era, pero se parecía a Joserra Ruisánchez. Nos contaba de un viaje de escritores mexicanos a Medio Oriente. Yo pensaba "chale, a como están las cosas, ni gratis iba yo... ¿o sí iría?".
Para cuando el tipo terminaba su narración, ¡sorpresa! estábamos en Medio Oriente. A punto de un ataque terrorista, ja.
Los terroristas nos hacían poner la cara contra la pared y alzar las manos. Luego escogían de entre nosotros a varias mujeres y las apartaban del grupo. La última elegida era yo.
Nos obligaban a hincarnos y sacaban las metralletas. Yo pensaba "así que ahora sabré qué se siente morir". Era una mezcla de miedo y curiosidad. Lloraba un poquito, pero me obligaba a calmarme, a no gritar, a permanecer cool. Chale.
Y sentí clarito el primer disparo en la frente, los siguientes en el pecho y estómago. Nada más que no dolían, nada.
En todo caso, durante el fundido a negros, supe que lo seguiría era la verdad última sobre la muerte....
Desperté. Chales.
sábado, enero 27, 2007
anoche me mataron (en un sueño)
Publicado por
Rax
en
8:27 a. m.
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2 comentarios:
He tenido sueños así un par de veces. U cuando estoy a punto de develar el secreto de la eternidad... cambia el maldito escenario a algún otro absurdo. Ni el miedo, caray.
Un poco de miedo sí que da todo esto, eh. Pero bueno... a lo mejor la muerte ni es tan terriblísima, quién sabe. A lo mejor es un poquito de alivio en medio del caos.
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